mercredi 24 août 2016

Jesús y Natanael, un encuentro que ilumina...


Lecturas: 1a lectura: Apoc 21, 9-14

              Evangelio: Juan 1, 45-51

Hermanos y hermanas,

Hay muchas personas a las que conocemos por medio de otros, sin haberles encontrado todavía personalmente. La imagen o el conocimiento que tenemos de ellas no es realmente nuestro. A veces, este tipo de conocimiento es sólo ilusión. Y suele suceder que  cuando encontramos a ésta persona, todas nuestras ilusiones se desvanecen. Es decir lo que se piensa de una persona no es siempre la realidad. Siempre un encuentro personal con la persona es necesario.

Lo vemos en el encuentro de Jesús con Natanael. Al comienzo Natanael parece cínico y negativo acerca de la percepción que tiene de Jesús, aún sin haberlo encontrado de manera personal, él sólo repite lo que otros dicen acerca de Jesús pues no lo ha conocido todavía. Por otro lado Felipe no quería perder el tiempo discutiendo con Natanael. “Ven y ve”, le dijo. Así lo invita a tener contacto personal con Jesús.

Entonces Jesús le muestra a Natanael que Él lo conoce más profundamente de lo que nunca podría haber imaginado, de manera que en el encuentro que se da entre ambos,  Jesús confirma lo mejor de Natanael. Desde entonces, este descubrimiento de la persona de Jesús le cambiará la vida a Natanael, quien, una vez  habiendo escuchado  a Jesús, lo admirará, le creerá y lo seguirá fielmente. Ya que mientras Natanael juzga a Jesús, Él por su parte, va a apreciar a Natanael y a hablar bien de él.

Hoy en nuestro mundo, todavía hay muchas personas que no se dejan cautivar por el mensaje de Jesús. Sólo ven a un hombre pobre, sencillo, y en muchos aspectos como cualquiera de nosotros, que trajo un mensaje de verdad y vida.

 Jesús, sin embargo, nos reconoce y nos acepta como somos, sin juzgarnos, invitándonos a vivir una vida plena. A veces juzgamos a la gente por su apariencia y no les damos una oportunidad para que muestren ante nosotros como realmente son, con todas sus capacidades, habilidades y talentos, sin quedarnos estacionados solo en una impresión tal vez solamente negativa.

¡Sabrá Dios cuántas buenas amistades hemos perdido por prejuzgar a una persona que se nos acercó! Necesitamos escuchar a la gente, dar un poco de nuestro tiempo para conocerlos más y descubrir lo que son realmente. Tenemos también que dejar que otros nos descubran, que aprecien lo que hay dentro de nosotros, sin escondernos, solamente ofreciendo nuestra transparencia. Movidos por esta apertura serán capaces de ver las maravillas de Dios a través de  nuestra vida humilde y sencilla.

Dios se vale de muchos medios para llamar a alguien. Esto puede ser directamente,  por medio de otras  personas o bien por medio de un evento especial. Lo fundamental está en que sepamos oír su llamado, estar siempre atentos a su voz y estar dispuestos a seguirlo con todo lo que aquello involucra. Es así que sus discípulos, entre ellos Bartolomé, fueron los principales promotores de sus propuestas y propagaron sus enseñanzas por todo el orbe. Celebrando al apóstol Bartolomé, pidámosle a Jesús la fuerza y las gracias que necesitamos para estar dispuestos a seguirlo.

Sébastien Bangandu, a.a.

 

Aucun commentaire: