Lecturas: 1a lectura: Jl 2, 12-18
2a lectura: 2 Cor 5, 20-6, 2
Evangelio: Mt 6, 1-6, 16-18
Queridos hermanos y hermanas
La vida cristiana es una búsqueda perpetua de la
santidad. Esta búsqueda debe hacerse en la humildad, ya que nadie es justo
delante de Dios. La gran tentación del hombre de cada tiempo es la búsqueda de
su propia gloria y del valor delante de los ojos de otros. Esto puede
realizarse por actos aparentemente buenos y justos, pero que en el fondo son
sólo hipocresía.
El evangelio de este día nos recuerda que Dios no se
fía en las apariencias. Él mira el corazón, del cual surge la realidad y el
verdadero sentido de nuestro comportamiento, así como de todas nuestras
acciones. Puede pasar su tiempo a querer impresionar a otros, mientras que su
corazón está lejos de Dios.
La cuaresma nos invita a escoger el camino de la
autenticidad que nos pone delante de nuestra humanidad y nuestra naturaleza
pecadora. Toda su vida, Jesús luchó por una fe sincera y auténtica. Necesitamos
el auxilio de la gracia para fortalecernos y volver siempre a las manos de
nuestro Padre Dios.
Sébastien Bangandu, a.a.
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