mercredi 13 avril 2016

Miercoles de 3a semana de Pascua C: Jesús, una necesidad vital para nosotros




Lecturas: 1ª lectura: Hech 8, 1-8

                Evangelio: Jn 6, 35-40

Hermanos y hermanas,

Todos sabemos que la comida es algo indispensable para la vida del ser humano, pues nos ayuda a cumplir con las necesidades de crecimiento, obtención de energía y buena salud. En efecto, el pan con el que nutrimos nuestro cuerpo tiene una maravillosa capacidad de mantenernos la vida. Por naturaleza debemos recurrir al pan, ya que sin las fuerzas que nos vienen del pan, no podemos mantenernos en forma y vivir. Quien no tiene qué comer o no quiere comer, se muere. Esto no depende de nuestra buena voluntad, sencillamente es así. 

En efecto, diciendo que él es el pan de vida, Jesús quiere poner en evidencia una realidad terrena de necesidad vital, para explicar la importancia, el valor que él tiene para nosotros, para nuestra vida humana y cristiana. Ya que no es el hecho de comer bien nos proporciona la buena vida. 

La buena vida, la vida de calidad no se mide a partir de lo que se come. Es decir que en nuestra vida, no sólo hay hambre de cosas materiales, pero también hay otras “hambres”, como por ejemplo el hambre de la verdad, de la vida, de la justicia, del amor, etc. Finalmente, es Jesús sólo que puede satisfacer esas hambres más profundas que nos mantienen constantemente insatisfechos. 

Lo esencial de la meditación del evangelio de este día es que Jesús es mucho más que la mera existencia física. Así, comer el pan de vida, es decir entrar en relación con Jesús, contar con él, apoyarse en él, encontrar el sentido de nuestra vida en él. 

Esta relación de amor y de confianza que se realiza en la amistad con Jesús, nos conduce a la vida eterna que es una vida de calidad, una vida que no pasa. Y así como el pan es importante porque nos ayuda a mantener la vida pasajera, Jesús es necesario porque nos la dé. Pidámosle a Dios que nos dé la fuerza de buscar a Jesús con el mismo ardor con que buscamos la comida todos los días y que esta búsqueda diaria de Jesús sea para cada uno de nosotros una necesidad vital.

Sébastien Bangandu, a.a

Aucun commentaire: