jeudi 14 avril 2016

Jueves de la 3a semana de Pascua C: Ponernos en camino...



Lecturas: Hech 8, 26-40

                Evangelio: Jn 6, 44-51

Queridos hermanos y hermanas,

Hay un dicho muy famoso que dice: “El que busca, encuentra”. Esto significa que no sólo se trata de quedar allí, inactivo, pensando que lo que queremos, como por arte de magia, va a aparecer frente a nosotros. Es cierto que imaginar o reflexionar sobre lo que deseamos, juega un papel muy importante en el proceso de alcanzar nuestras metas. Sin embargo, también se requieren algunos esfuerzos, algunas acciones de nuestra parte. Debemos salir a buscar lo que queremos que se materialice en nuestra vida.

Buscar es probar de una y otra manera, hasta que por fin se nos da lo que estamos buscando. Algunas veces, sucede que lo encontramos rápido, en otras ocasiones se toma un poco de tiempo. Pero si persistimos y no nos damos por vencidos, tarde o temprano encontraremos lo que buscamos. Es lo mismo en nuestra vida de la fe. La palabra de hoy nos invita a saber buscar a Dios. Jesús, verdadero pan que bajo del cielo para darnos vida y felicidad eterna.

Pero descubrir que Jesús es el pan verdadero que nos da la vida eterna no es algo fácil, ya que nuestra naturaleza humana nos atrae siempre hacia el pan terrestre, hacia las cosas materiales y pasajeras. Es decir que, por una parte, necesitamos la gracia del Espíritu del Padre. Porque como lo dice Jesús, nadie puede ir a él, si no lo atrae el Padre que le ha enviado.

Por otra parte, sabemos que hay muchos que quieren conocer a Jesús, pero faltan unos testigos capaces de conducirlos a Jesús. La experiencia de Felipe en la primera lectura es una verdadera ilustración de esta realidad. En efecto, el ministro de la reina de Etiopía sentía una gran necesidad de comprender la palabra pero no encontraba a alguien capaz de ayudarle. Su encuentro con Felipe cambió todo. Gracias a la catequesis de Felipe, alcanzó comprender mejor la palabra hasta hacerse bautizar.

Es decir que necesitamos “ponernos en camino”, aunque esto implique atravesar algunos desiertos. Sólo “en el camino”, sólo en la búsqueda suceden los encuentros que cambian nuestra vida. Sólo saliendo de nosotros mismos, de nuestra soledad, de nuestro encerramiento, podremos llegar a vivir un encuentro transformante. Y como Felipe lo hizo, necesitamos dejarnos invitar a compartir nuestra experiencia acerca de Jesús, para ayudar a los que no lo conocen. Que Dios nos llene de sabiduría y fortaleza para llevar su Palabra a cada oveja que la necesite.

Sébastien Bangandu, a.a.

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