mardi 12 avril 2016

Martes de la 3a semana de Pascua C: Nuestra fe nace de una pesona



Lecturas: 1ª lectura: Hech 7, 51-8, 1

                Evangelio: Jn 6, 30-35

Hermanos y hermanas,

Dudar de una persona, exigir signos, evidencias, pruebas, para poder creerlo, ha sido considerado a veces por varias personas como algo negativo. En cierto punto de vista, tienen razón ya que no se puede dudar de todo. Pero por otra parte, esta actitud está considerada también como una prueba de madurez, nos aprende la inteligencia de la fe. Una fe adulta, responsable y personalizada, capaz de interrogar, capaz de dudar, capaz de poner a prueba.

Pero en el evangelio de este día, es claro que la gente que busca los signos de parte de Jesús da prueba de una falta de fe, ya que Jesús acaba de hacer varios milagros delante de ellos, pero permanecen incrédulos. Los milagros de Jesús no les dicen nada de su persona. Su único interés se encuentra en el pan material que es una comida ordinaria.

En efecto, en el evangelio de hoy, Cristo no quiere que lo busquemos donde no está, es decir en cosas materiales, algo pasajero. Ayer vimos que la gente le buscaba por haber comido pan. Y hoy vemos que la gente elogia al maná que sus padres comieron en el desierto. Pero Jesús les responde mostrándoles que el maná no es otra cosa que un pan terreno, una comida corporal.

Es decir que nuestra fe nace de una persona, la persona de Jesús, que es también comida y bebida: la eucaristía, donde encontramos un conocimiento más profundo de Jesús. Por otra parte, este conocimiento de Jesús se efectúa en su más inmediata cercanía, en su intimidad. Recemos por el crecimiento de la fe en medio de nosotros, para que podamos ser capaces de hacer una verdadera experiencia de la presencia de Jesús y de su acción en nuestra vida diaria.

Sébastien Bangandu, a.a.

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