mardi 17 mai 2016

Lunes 16 de mayo T.O: Dejar Dios ser Dios...



Lecturas: 1ª lectura: San 3, 13-18

                Evangelio: Mc 9, 14-29

Estimados hermanos y hermanas,

Mucha gente de experiencia ha llegado, en su vida de fe a la conclusión de que hay que dejar a Dios ser Dios. En efecto, aunque Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, ambos no son iguales. Dios es el Creador y el hombre su criatura. De la veracidad de ese hecho, aunque haya quien no lo admita, emana todo lo demás, y sobre todo, la "necesidad" del Padre de que sus hijos le reconozcan. Es lo mismo con Jesús y sus discípulos. Jesús es el Maestro y ellos son discípulos. 

El evangelio de este día hace un poco eco de esto. En efecto, la persona que trajo a su hijo que fue poseído por un espíritu malo a Jesús para que lo curara se encontraba delante de sus discípulos. Pidiéndoles que curaran a su hijo, estaba seguro de que los discípulos estuvieran capaces de eso ya que vivían con Jesús. Por esa persona, lo que Jesús fue capaz de hacer, sus discípulos también lo podían. 

Pero su certeza se volvió en sorpresa cuando comprobó que los discípulos no estaban capaces de eso. Y su sorpresa sonaba como una acusación a Jesús, su maestro. Y Jesús por su parte, asombrado de este hecho, se echó a reprenderlos. En su consejo a sus discípulos, Jesús los reprochó, por un lado, su incredulidad, es decir el hecho de no creer en su persona, pero también en las obras que operaba en su presencia. 

Por otro lado, les pregunta cuánto tiempo deberá quedarse con ellos para que logren conocerlo verdaderamente. Efectivamente, lo que llegó a los discípulos de Jesús a veces nos ocurre. Y eso nos recuerda que somos puros humanos y que Dios queda Dios. Eso nos recuerda también la Palabra de Jesús que dice que sin él, no podemos hacer nada. Para llegar a actuar como Él, necesitamos su auxilio. Y mucho más, integrar su Palabra y sus enseñanzas en nuestra manera de vivir, para llegar a ser verdaderamente hombres de fe.  

Esta fe es algo más importante en nuestra vida cristiana. Con la fe, llegamos a comprender que sea lo que sea lo que pidamos, lo más importante debe ser el hecho de fijarnos en la voluntad de Dios. Que su voluntad se cumpla, porque es Él que cura a través de lo que hacemos. Nosotros somos instrumentos de su acción y de su misericordia. 

Aunque para Jesús los milagros parecían producirse inmediatamente, la curación de un enfermo es un largo proceso que puede tomar tiempo para ser efectiva. Todo este tiempo que esto toma nos inclina a la oración, a la paciencia, pero sobre todo a la fe en Dios soberano, dueño del tiempo y de las circunstancias que actúa según su voluntad.

Finalmente, el evangelio de este día nos invita asumir la pedagogía de Dios, es decir su modo de actuar que es particular y diferente del de los seres humanos. De hecho, estamos invitados a revivificar nuestra fe en Jesús y a creer en sus obras. Eso quiere decir que vivir con Jesús no basta. Ya que a veces cuando le pedimos algo, queremos que lo haga de manera inmediata mientras que él sabe lo que necesitamos verdaderamente y el momento en que lo necesitamos más. Que la llegada del Espíritu Santo nos lleve a vivir una fe auténtica en Jesús resucitado.

Sébastien Bangandu, a.a.

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